Bala de plata

Patricia Bullrich gastó su bala de plata para ingresar al balotaje. En una sorpresiva maniobra de alta política–dicen que pergeñada por Mauricio Macri- anunció que, en caso de acceder a la Casa Rosada, su jefe de Gabinete será Horacio Rodríguez Larreta. La intención es nítida: retener los votos moderados de PRO y de la UCR que en las PASO fueron a la candidatura del jefe de gobierno porteño. La aparición en el programa de Mirtha Legrand, acompañada del economista Carlos Melconián, fue otro ingrediente que la exministra de Seguridad le agregó a su estrategia proselitista, que en los últimos días ha adquirido otra connotación, tal vez alentada por el excelente papel que desempeñó en el segundo debate presidencial. Por cuerda separada, los promotores de la candidatura presidencial de Javier Milei, encabezados por el gastronómico Luis Barrionuevo, profundizan las acusaciones infundadas contra Bullrich, tratando de asociarla a la violencia política de la década del 70. “Montonera asesina que puso bombas en jardines de infantes”, vociferan los libertarios, desesperados por el crecimiento en las encuestas de la presidenta de PRO. Deberían recordar que pueden decirse un millón de mentiras, lo que nadie puede hacer es convertir en verdad aunque sea a una de ellas.