El antiperonismo va por la revancha
Calculadora en mano, cada contendiente del balotaje saca cuentas. Sergio Massa apuesta a captar votos moderados de Juntos por el Cambio. Principalmente, de la Unión Cívica Radical. El 23% de Patricia Bullrich no es compacto. Un sector irá con Javier Milei y otro, con Massa. Resta saber qué porcentaje se llevará cada uno. Milei apuesta al voto antiperonista, los halcones de PRO, pero ese voto es escaso, ya lo sedujo. Queda un residual obediente a Mauricio Macri, quien puso un huevo en la canasta del libertario. Ese residual, ¿cuántos puntos representa? Si es la mitad y Massa arrastra casi la otra mitad, acariciará la victoria. La desventaja de Milei es que corre de atrás. Siete puntos es una ventaja relativa, siempre y cuando el antiperonismo sea un bloque cerrado. Y JxC carece de homogeneidad. Creer que JxC monopoliza el voto gorila es un error. El no peronista no es lo mismo que el antiperonista. Por eso, Massa tiene suficientes motivos para entusiasmarse. Partir el voto opositor es una ardua maniobra de inteligencia política. El llamado a la unidad nacional, firmar el certificado de defunción de la grieta, cortejar a figuras moderadas como Horacio Rodríguez Larreta, son las herramientas que utilizará para acceder al sillón de Rivadavia, ¿o de Perón?