En la recta final
A una semana del balotaje el país electoral entró en modo definición. Los indecisos se deciden, los pesimistas se esperanzan, los peronistas se la juegan. Ha sido otra campaña histórica. En desventaja, por la economía que daña y enoja. Por la pobreza que crece y escandaliza. Por el presente que apremia y nos obliga a salir a conquistar el futuro. No queda otra. En la vereda de enfrente, el salto al vacío. El retroceso divisionista. La barbarie egoísta. Sergio Massa y la dirigencia de Unión por la Patria conocen a pie juntillas la realidad lacerante que afecta a la mayoría de los argentinos. El 10 de diciembre habrá que cambiar de rumbo con coraje y lealtad. Es la promesa de Massa Presidente. El equipo de la Unidad Nacional será un arco iris, saldrá a la cancha a poner todo y dejar el alma, en cada medida que se tome, en cada sacrificio que se pida. Exponer el plan demoledor de Milei no es discurso de odio ni campaña del miedo. Si vuelven los hijos de Martínez de Hoz, la Argentina atravesará una vía dolorosa impredecible. Desolación. Oscuridad. Violencia. La memoria sirve para recordar lo bueno y lo malo. Seamos capaces de aprovechar la experiencia de vida que alguna vez nos dio grandeza y felicidad. Repudiemos la muerte y la tristeza. El voto es libre, secreto y obligatorio. A votar, entonces, a Sergio Massa. Con alegría. Como vota el Peronismo conducido por Gustavo Menéndez.