14 de diciembre de 2024

Desafíos para un liderazgo que trasciende Merlo

La incertidumbre atraviesa todos los estamentos sociales. El presidente electo Javier Milei anticipa varios meses de estanflación que, en buen romance, significa alta inflación con recesión. El peor de los escenarios para una sociedad con elevados índices de pobreza y de trabajadores informales, salarios caídos y endeudamiento doméstico inconmensurable. Es decir, una sociedad endeudada y enojada. Aunque, a pesar de la desventaja inflacionaria, la economía –hoy por hoy- se mueve. Un freno a la actividad económica y productiva agravaría la situación de millones de argentinos que pasarían a engrosar el ejército de pobres y desocupados. Es en este contexto abrasador donde debe operar sobre la realidad el liderazgo pluralista y representativo de Gustavo Menéndez. Merlo no es una isla y no maneja las variables macroeconómicas, ni tampoco áreas sensibles de jurisdicción provincial, como la seguridad, por ejemplo. Las cuentas públicas del municipio están ordenadas. Cualquier observador comprenderá que la innumerable cantidad de obras públicas, en distintas fases de cumplimiento, sufrirán consecuencias indeseadas, si se materializara el ajuste fiscal esbozado por el presidente electo. Pero, antes de la especulación, está la racionalidad. Es momento de aguardar con paciencia anuncios concretos. La victoria aplastante del 22 de octubre le abre a Menéndez un abanico de alternativas superadoras, respaldado por un consenso popular explícito. Diálogo, inteligencia, cultura del encuentro, lealtad a las convicciones justicialistas, son valores que iluminan el camino estratégico de una Conducción imbatible en las urnas desde el 9 de agosto de 2015. Asimismo, Menéndez ha logrado conjugar militancia doctrinaria con alta política, apuntando siempre a ser artífice del destino común y no instrumento de la ambición de nadie.

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