5 de octubre de 2024

Cristina se pone al frente de la resistencia

Bastó que Javier Milei anunciara seis meses de estanflación para que Cristina Kirchner advirtiera que las palabras del presidente electo acarreaban una “catástrofe social” en un plazo difuso pero fatal. De un plumazo, vía TikTok, mostró las cartas y se puso al frente de la resistencia al nuevo plan neoliberal, esta vez, en versión libertaria. Es su terreno predilecto, se mueve como pez en el agua y le sobra relato. Además, con notoria perspicacia, vetó los candidatos de Milei a presidir la Cámara de Diputados. Cristian Ritondo, apadrinado por Mauricio Macri, y Florencio Randazzo, apadrinado por Juan Schiaretti, quedaron con la ñata contra el vidrio. Entonces, la Libertad Avanza promovió a un hombre de su famélico bloque: Martín Menem. Así, Cristina volteó dos pájaros de un tiro. Le negó a Milei disponer de un hábil negociador (Ritondo o Randazzo) en condiciones de atraer voluntades -hoy por hoy- alineadas en el bloque kirchnerista. Y, además, el empinamiento de un Menem le deja el campo orégano a Cristina para reforzar el ataque al nuevo gobierno por el flanco de la restauración de los 90. Será, siempre y cuando pase de la insinuación explícita a la praxis militante, una oposición inflexible, dura, impugnadora. Por cuerda separada, otras expresiones peronistas convergerán con la estrategia política de la jefa del movimiento nacional y popular, aunque condicionando su accionar a negociaciones de los bloques legislativos, la liga de gobernadores, el sindicalismo y los movimientos sociales. La anemia política de Milei abre un sinfín de alternativas opositoras, al margen de cualquier maniobra destituyente. Porque, en un país con 50% de pobreza e indigencia, el ajuste brutal anunciado, con recesión económica y fogonazos inflacionarios, es el principal enemigo de la gobernabilidad.

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