La metamorfosis
Javier Milei, en reiteradas ocasiones, se ha mostrado partidario de convocar a un plebiscito para derogar la ley del aborto. Inclusive a las pocas horas de haberse consagrado como el candidato más votado en las PASO del 13 de agosto, reiteró su punto de vista. El interrogante que surge, en estos días, es si va a cumplir la promesa, en ese tema o en otros, por los que encontrará obstáculos insalvables en el Congreso, debido a la escasa presencia parlamentaria de La Libertad Avanza.
Los liderazgos liberales para gobernar respetan a rajatabla los mecanismos fijados por la Constitución y las leyes. Son proclives a la consecución de consensos con las fuerzas adversarias preservando el pluralismo y la institucionalidad. Sin embargo, la teoría política suele darse de bruces en la Argentina. En campaña, los liberales se calzan ropaje autoritario –para prometer mano dura- y los iliberales se disfrazan de democráticos –para plantear su apego republicano-. Entretanto, la murga locutora goza de buena salud.
El horizonte de la administración libertaria, a corto plazo, exhibe densos nubarrones, a pesar de que ha formado un elenco ministerial de unidad nacional, donde convergen la fórmula de Juntos por el Cambio, expertos de Juan Schiaretti, (ex)amigos de Mauricio Macri y de gobernadores justicialistas. Nos queda la sensación de que Milei pensó que con el liberalismo solo no alcanza. Empero, el nudo gordiano se encuentra guardado -en un cofre bajo siete llaves- en el Congreso.
Y es el Poder Legislativo, cuna posible de inminentes y resonantes choques, el fundamento de Milei que le permitiría retomar su propuesta plebiscitaria en querellas relacionadas con la reforma del Estado. Resolver este contencioso le otorgaría legitimidad de ejercicio, porque, en lo que respecta a la legitimidad de origen, lo respalda el 56% del electorado.
La ley 25.432 reglamenta el llamado a consulta popular vinculante y no vinculante, instituto previsto en el artículo 40 de la Constitución de 1994. El artículo 1º de la normativa establece que «el Congreso de la Nación, a iniciativa de la Cámara de Diputados, podrá someter a consulta popular vinculante todo proyecto de ley con excepción de aquellos cuyo procedimiento de sanción se encuentre especialmente reglado por la Constitución Nacional mediante la determinación de la cámara de origen o por la exigencia de una mayoría calificada para su aprobación».
La convocatoria se efectuará en una sesión especial y con la aprobación de la mayoría absoluta de los miembros presentes de ambas Cámaras. El voto, en la consulta vinculante, será obligatorio y para que el proyecto se convierta automáticamente en ley, deberá participar no menos del 35% del padrón electoral.
En tanto, el artículo 39 de la carta magna especifica que «no serán objeto de iniciativa popular los proyectos referidos a reforma constitucional, tratados internacionales, tributos, presupuesto y materia penal».
Dependerá de los obstáculos que encuentre Milei en el Congreso para que le dé viabilidad a un procedimiento que representaría un cambio de cultura política sin parangón. El domingo hablará desde las escalinatas del Congreso, ante una plaza que, se calcula, desbordará de público agitando banderas argentinas. Esta exposición directa a la ciudadanía (y no a la Asamblea Legislativa) quizás insinúe la voluntad plebiscitaria de un líder liberal que exhibe flexibilidad y pragmatismo, algo impensado meses atrás por su irascibilidad ostentada en apariciones televisivas que le dieron notoriedad. ¿Se animará Milei a transformar su liderazgo?
«Una mañana, tras un sueño intranquilo, Gregorio Samsa se despertó convertido en un monstruoso insecto». Así comienza La metamorfosis, obra maestra de Franz Kafka. Y es el título que elegimos para este artículo. La literatura fantástica ofrece intuiciones que nos ayudan a comprender la política nativa, sometida y devaluada por la dictadura de la vulgaridad.
Horacio E. Poggi