Esperando a Godot
Estamos en guerra. Nos la declaró el gobierno libertario. Una guerra atípica. Puertas adentro de la democracia. Contra el Pueblo y las instituciones de la República. Después de la dictadura genocida, el peor ataque oligárquico funcional a los intereses financieros internacionales. Sanguijuelas de la producción, de la economía física, de los trabajadores. Ganan los banqueros, los especuladores, los que hacen dinero con el dinero. Cuando el dinero tiene cría, la mayoría pierde. La usura que degrada. Corrompe. Traiciona. Los treinta denarios de Judas Iscariote. Una minoría sectaria ha asumido la desalmada determinación de consumar cualquier atropello a la dignidad humana de los argentinos y a la conculcación de derechos adquiridos. La justica social es una aberración. El Estado es una organización criminal. Los políticos son delincuentes. El Congreso es una cueva de delincuentes. Consignas altaneras y falaces que suenan a música celestial en oídos de los incautos. Hijos del “no te metás”, de los que legitimaron el “algo habrán hecho”. La claque de Videla y sus esbirros. Llamemos a las cosas por su nombre. Basta de nominalismo perdulario y políticamente correcto. Quieren el Estado para ellos. Gendarme de la propiedad privada de pocos y miseria de muchos. Que se encargue solo de la seguridad interna. Policía brava. Palo, picana y calabozo. Con una Justicia a su imagen y semejanza. Por eso, el pulgar para arriba en el Hotel Four Season de Buenos Aires. Milei anunció el despido de 70.000 empleados estatales. Sonoros aplausos del presidente de Pan American Energy, Alejandro Bulgheroni. Y del otrora político, actualmente empresario exitoso, José Luis Manzano. También dieron su aprobación al desguace estatal -y social- los titulares de la Unión Industrial Argentina, Daniel Funes de Rioja; de la Cámara Argentina de la Construcción, Gustavo Weiss; de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Adelmo Gabbi; de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino; de la Cámara Argentina de Comercio, Mario Grinman y de la Asociación de Bancos Argentinos, Javier Bolzico. El mentado Grupo de los Seis. Ni qué decir de la Asociación Empresaria Argentina (AEA), donde confluyen –algunos nombres se repiten- la Cámara de Comercio de Estados Unidos en Argentina (AmCham), la Unión Industrial Argentina (UIA), el Instituto para el Desarrollo Empresarial de la Argentina (IDEA), la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), la Asociación de Bancos de la Argentina (ABA), el Consejo Interamericano del Comercio y la Producción (Cicyp), la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC) y la Cámara Argentina de la Construcción (Camarco). Sobran las evidencias. Milei no es El Llanero Solitario. Es el caballo del comisario. Desorienta a los pusilánimes que no ven un elefante en el baño. La contradicción bélica queda a la vista. Vinieron por nosotros. A cara descubierta. A paso redoblado. ¿Qué hacemos? ¿A quién esperamos? La verdadera democracia es aquella donde el gobierno hace lo que el Pueblo quiere y defiende un solo interés: el del Pueblo. Perón siempre de Juan. Carlino.