Honor y gratitud al gran Sarmiento
El Día del Maestro en 2024 es una excelente oportunidad para defender la educación pública, que está siendo constantemente erosionada por el Gobierno Libertario. En su afán por alcanzar el déficit cero, este gobierno sacrifica el presupuesto educativo, lo que provoca el desfinanciamiento del sector. Esto equivale a condenar a la pobreza a los argentinos del futuro, ya que sin educación, la pobreza se convierte en una realidad y el progreso humano se vuelve una utopía.
Recordar a Domingo Faustino Sarmiento en esta fecha es una ocasión propicia para priorizar la educación y ofrecer a nuestros niños y jóvenes un horizonte de certidumbre. Es esencial adaptar los programas educativos a la revolución tecnológica que estamos viviendo desde la caída del Muro de Berlín.
Sin embargo, parece que el Muro se les cayó encima a quienes promueven planes de gobierno con mucho discurso sobre educación de calidad, pero sin ninguna inversión seria en esta área estratégica para el desarrollo de los pueblos.
A pesar de sus defectos, Sarmiento, como gobernante y hombre de cultura, fue impulsivo de carácter pero sincero en sus exposiciones arraigadas en el ideario liberal y masónico. Por ello, es considerado el padre de la escuela pública en Argentina. Las generaciones que lo sucedieron no han dejado de rendirle el merecido tributo desde su fallecimiento el 11 de septiembre de 1888. Honor y gratitud al gran Sarmiento, como dice el himno en su homenaje.