20 de marzo de 2025

Donde hay un obrero está la Patria

Cada vez que un gobierno intentó quebrantar a la Confederación General del Trabajo (CGT) le fue mal. Perón regresó a la Patria en andas del movimiento obrero organizado. Fueron dieciocho años de distintas estrategias confluyentes en dos objetivos centrales e irrenunciables: el retorno democrático al poder del Justicialismo –con su líder a la cabeza- y la defensa de los derechos sociales y económicos de los argentinos. Hasta en el tercer gobierno justicialista la CGT liquidó la influencia nefasta de López Rega y preservó la investidura presidencial de Isabel Perón sin renunciar a la salvaguarda de los intereses obreros y productivos. La principal resistencia a la dictadura genocida estuvo a cargo del sindicalismo peronista cuyos hombres pagaron con cárcel, tortura y desapariciones. Ya en Democracia la CGT le marcó el ritmo institucional a Alfonsín que desoyó los reclamos gremiales y cayó envuelto en la hiperinflación. Con los gobiernos de extracción peronista la CGT mantuvo coincidencias y disidencias. Supo conservar su autonomía más allá de apoyos circunstanciales a cada uno de ellos. Actualmente, retoma su papel protagónico y gana la calle ante la embestida libertaria. El #24E fue masivo y unificó criterios de acción de cara al futuro. El intendente municipal Gustavo Menéndez y una nutrida delegación de vecinos y militantes –entre otros dirigentes de fuste estuvieron la diputada nacional Roxana Monzón, el senador provincial Gustavo Soss y la concejala Karina Menéndez– se dieron cita en la Plaza del Congreso. El día anterior, el Jefe Comunal había aceitado los resortes de la Multisectorial de Merlo. Señales políticas indubitables que denotan el cariz que comienzan a adquirir los acontecimientos nacionales en los que el Peronismo local asoma como un jugador relevante. Por eso, la Casa Rosada deberá tomar correcta nota. Si Milei estima que está liderando una guerra mesiánica contra “la casta sindical”, cometerá el mismo error de sus antecesores y le esperan días aciagos, por su propia torpeza y miopía políticas. Oponerse a la CGT es favorecer la destrucción de derechos laborales adquiridos y condenar a la miseria a millones de compatriotas ocupados, desocupados, jubilados, pequeños y medianos productores. Además de entregar el patrimonio nacional a la oligarquía globalista. Transitamos por una instancia de elevada peligrosidad para la República. El Presidente confunde la imagen desgastada de algunos jerarcas sindicales con la causa que representa y encarna el movimiento obrero organizado, que supera a sus ocasionales direcciones. No la ve.

 

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