Antiperonismo explícito
Finalmente, YPF decidió invertir en la construcción de una planta de gas licuado en la provincia de Río Negro, en lugar de instalarla en Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires. Esta decisión ha generado controversia y un notable enfrentamiento político.
El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, expresó su descontento con la decisión de YPF, calificándola como “política, caprichosa e ideológica”. Argumentó que Bahía Blanca ofrecía ventajas significativas y que la inversión en su provincia habría impulsado la economía local.
Además, el mandatario bonaerense criticó al presidente Javier Milei, sugiriendo que la decisión de la empresa energética fue influenciada por cuestiones ideológicas y políticas de la Casa Rosada. Según Kicillof, esta decisión pone en riesgo un proyecto muy importante para el país.
Por su parte, la diputada nacional Roxana Monzón (Unión por la Patria – Buenos Aires), presentó un proyecto de declaración, en el que expresa su “profunda preocupación y rechazo a la decisión del directorio de YPF”, ya que configura “un episodio más de los ataques sistemáticos de rasgos netamente ideológicos que sufre la Provincia de Buenos Aires, gobernada por el Peronismo”.
A todas luces, la maniobra libertaria perjudica a la Provincia y, por ende, busca deteriorar la imagen de Kicillof, quien se proyecta de cara a 2027 y preocupa al régimen imperante. Este régimen habla mucho de liberalismo y democracia, pero, en cuanto puede, echa mano de los más perversos métodos de la vieja política.
Por tanto, no quedan dudas de que la decisión de YPF ha sido influenciada, no por la mano invisible del mercado, sino por la mano politiquera de los libertarios. Esto constituye un acto de antiperonismo explícito, que pone a prueba, una vez más, la capacidad de resiliencia del Movimiento Nacional Justicialista.