Larreta, jefe de la nueva oposición
Horacio Rodríguez Larreta era la mejor oferta electoral que podía ofrecer Juntos por el Cambio. Pero Mauricio Macri lo destruyó porque estaba convencido de que su principal colaborar -desde la fundación de PRO- iba a jubilarlo. Para sacar de carrera a Larreta, el expresidente abandonó el centro y se corrió a la derecha. Alistó tras de sí a Patricia Bullrich y a los llamados halcones. Con ese contenido ideológico el partido más exitoso de los últimos 20 años se convirtió en un virtual aliado de Javier Milei. Ayer se confirmó lo que los radicales habían denunciado hace varios meses atrás. La alianza Macri-Milei se concretó sin despertar ninguna euforia. No corrió el factor sorpresa. Además JxC se fracturó y dejó una nueva sensación de fracaso en su decaído electorado. La sorpresa –si es que se puede llamar de este modo- es la actitud de Larreta. Que los operadores de prensa politiqueros consideraban aliado de Sergio Massa. Al mantenerse neutral –como sus amigos radicales- Larreta se diferencia de Macri, retoma la política originaria de PRO superadora de cualquier populismo –diálogo, institucionalidad, cercanía social- camina cómodo por el andarivel de la centroizquierda socialdemócrata. Su mensaje de crítica tácita hacia dentro de la coalición eyectada del balotaje, acaba de proyectarlo como uno de los virtuales jefes de la próxima oposición. Con paciencia tibetana -seguramente- esperará una segunda oportunidad en 2027, tal vez haciendo escala en las elecciones legislativas de 2025.