13 de enero de 2025

La cultura según Lucio Gera

La sociedad pluralista contemporánea nos interpela a cada momento. No solo por las nuevas corrientes culturales, que, dicho sea de paso, la mayoría carecen de seriedad creativa y son meras repeticiones simiescas importadas. ¿O alguien puede darles entidad creativa a los mamarrachos con aerosoles en paredes públicas y privadas? ¿O pueden calificarse de poéticos los ruidos guturales y puerilmente rimados de algunos raperos? Sin adentrarnos en el adefesio llamado “cumbia villera”. Aún adolescente, Alejandra Pizarnik era poeta; Jairo, cantante; Lola Mora, escultora…

Reflexionar sobre el concepto “cultura” nos ayudará a comprender la realidad creativa que nos circunda. Vamos a revisitar al Pbro. Dr. Lucio Gera, el teólogo argentino que ha iluminado al Papa Francisco y que sigue irradiando sabiduría a través de su palabra evangélica.

En octubre de 1982, Gera desarrolló el tema Identidad Cultural y Nacional en un seminario para laicos organizado por la Comisión Nacional Justicia y Paz dependiente del Episcopado Argentino. En esa oportunidad, expresó: «La cultura en gran parte es memoria de un pasado y es fantasía, proyección hacia un futuro, es memoria no solamente para recordar, saber datos o fechas históricas, no es una mera erudición, sino que es una memoria, una experiencia de lo que se ha vivido, de cómo se ha vivido; para que esa memoria, esa experiencia pueda ser germen que permita ver cómo seguimos proyectando nuestra vida, nuestra historia».

Y, a renglón seguido, acotaba:  «Solo los pueblos que no tienen memoria no tienen futuro; los pueblos que no recuerdan no siguen viviendo. Fundamentalmente esa es la historia. No es solamente texto donde se aprenden fechas, anécdotas, creación de instituciones, etc., sino que es el modo cómo retenemos una experiencia vivida y cómo la experiencia de haber vivido de una determinada manera nos enseña a seguir viviendo en el futuro».

Por obvias razones de espacio, nos remitiremos a desbrozar el sentido de lo citado precedentemente esbozando una idea conceptual adaptada a la extensión de un artículo de divulgación. Deseamos acercarnos a una narrativa semántica que, a nuestro juicio, permanece inalterable, a pesar del colonialismo cultural que nos avasalla en programas educativos, redes sociales y medios de comunicación digitales.

Gera nos enseña que cultura es memoria de la buena vida. Es todo lo que el hombre crea y le ayuda a ser más hombre, a llevar una existencia material y espiritual digna, a cumplir sus metas personales y familiares. Es la experiencia que los mayores nos transmitieron, de generación en generación, para vivir honradamente el presente y proyectar un futuro de ascenso integral. Cultura es el valor de la justicia social, el manejo correcto de la lengua, la maestría musical y la hermosura emanada de una paleta de colores auténticos.

Pensamos que donde hay belleza, bondad y verdad hay cultura. Y para ello es fundamental el respeto a la naturaleza humana que es permanente y nadie puede cambiar. Porque es de Dios y Dios no cambia, cambian las modas, los accesos humanos a determinados conocimientos científicos. En definitiva, cambia la inmanencia del hombre soberbio, apegado a las cosas comunes del barro. La trascendencia celeste es inmutable.

Así, prevalece la importancia de recordar el pasado. No como presupuesto conservador ni como nostalgia de lo mejor. En el origen está lo que somos y debemos seguir siendo. Se llama identidad cultural de la nación. Superadora de cualquier ideología liberal, marxista o “progresista”.

Sigamos con Gera: «La cultura es precisamente la encarnación de la razón en la naturaleza, en el cuerpo. Por eso toda forma de cultura es humanizar la naturaleza, a la vez que en alguna medida es naturalizar el espíritu, encarnarlo, darle cuerpo. Toda cultura es una tentativa de dar cuerpo a la razón, al espíritu, y eso es la historia».

El compromiso secular nos demanda poner en acto los valores heredados: la solidaridad, el amor a la Patria, el respeto a la vida desde la concepción hasta la muerte natural, la libertad de pensar y de elegir a nuestros gobernantes, la esperanza, el honor personal, el pluralismo… es cultura. En síntesis, cultivar, con la guapeza de los jornaleros cabecitas negras, el territorio de la felicidad, salvaguardando los cristianos derechos de la persona humana.

Completamos nuestra reflexión, afirmando que todos los pueblos son cultos, pero no todos perseveran en la buena vida. Entonces acaecen la violencia, la miseria, el conflicto. He ahí el desafío de la cultura que Gera nos ayuda a dilucidar desde lo Alto.

Dr. Horacio E. Poggi

1 pensamiento sobre “La cultura según Lucio Gera

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