Ajuste, sudor y lágrimas
El presidente Javier Milei pronunció, en las escalinatas del Congreso, un discurso de corte fundacional. De espaldas a la Asamblea Legislativa. De frente a una multitud entusiasta. Afirmó haber recibido la peor herencia de la historia. Citó números que describen una realidad social y económica escandalosa. Su marco teórico se fundamenta en el liberalismo de los Padres Fundadores de la Patria. La Constitución de 1853. Fruto de la Generación del 37. Aunque fueron los estadistas de la Generación del 80 –con Julio Argentino Roca a la cabeza- quienes pusieron en valor la manda constitucional.
El abandono de aquel proyecto que hizo de la Argentina una potencia mundial, asevera Milei, ha determinado la decadencia contemporánea. Para graficar la gravedad del momento, apeló a la Caída del Muro de Berlín. En 1989 implosionó el socialismo real de la Unión Soviética. En 2023 implosionó el “Estado presente” de la clase política populista. Le carga las cuentas al kirchnerismo. Prescinde del antiperonismo gorila. Tal vez por su apertura a todos aquellos que quieran sumarse a su gobierno.
Milei pretende salir del atolladero impulsando un shock ajustador del sector público. La promesa de luz al final del camino, luego de atravesar el desierto del sacrificio, suena a teoría del derrame. Música conocida. Una vez que se reconstruya la economía, automáticamente, por obra y gracia de la Libertad, los beneficios se derramarán por toda la sociedad. Ya escuchamos proposiciones similares y nunca hubo resultados positivos. O, en todo caso, fueron positivos para una minoría. Los ganadores de siempre.
El Presidente recibió ovaciones por su propuesta de mano dura con los cortes de calles, la delincuencia común y el narcotráfico. Levantó la moral de la Policía. Hizo una invocación religiosa con respeto reverencial a nuestros Hermanos Mayores. Los judíos. Tiempo de Janucá.
Hubo mucha gente en las calles vivando al flamante Presidente. De todas las edades. La mayoría caótica del balotaje. De cada pago un paisano. Esperanza y compromiso. Movilización espontánea.
Es cierto, acaba de comenzar un nuevo ciclo político. El cambio ancló en las costas de una Patria desolada. La palabra cambio por sí sola dice poco. Puede ser un cambio acotado y excluyente. La Argentina demanda un cambio inclusivo. Lo demás es relato. De otra coloratura ideológica. Relato liberal. Ajuste, sudor y lágrimas. ¿La paciencia social tiene plazo fijo? ¿Se viene el estallido? ¿Mecha corta? Tarea ciclópea para el Ministerio de Capital Humano. Faltan hechos. Soluciones inmediatas. Frenar la sangría. A las palabras se las lleva el viento y no las detiene ninguna fuerza del cielo.