Marcha atrás

Como en el fútbol, el partido que se está disputando en el Congreso de la Nación termina a los 90 minutos. El oficialismo libertario confía en un triunfo en el último minuto. De lograrse la media sanción en Diputados, se prorrogarían las sesiones extraordinarias. Para que ello sea factible, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, apela al diálogo y a la negociación con los bloques de PRO, UCR y Hacemos Coalición Federal. Trasciende que Milei está dispuesto a dar marcha atrás en varios temas controvertidos. Por ejemplo, renunciaría a modificar la movilidad jubilatoria, revisaría la privatización de todas las empresas del Estado, postergaría aumentar las retenciones y bienes personales, archivaría el pedido de facultades legislativas y la reforma electoral. Entretanto, en la Casa Rosada mantienen el discurso duro para la tribua y se disponen a aislar al kirchnerismo y a la Confederación General del Trabajo (CGT). Estiman que son rivales convenientes ante la opinión pública. Confrontar con ellos, consideran que les reditúa dividendos políticos. Además, apuestan al descongelamiento del bloque K integrado por 102 diputados, a los que se suman cinco trotskistas. Creen que no habrá un voto monolítico. Entretanto, la oficina de Menem es un desfile permanente de opositores que buscan neutralizar una crisis de gobernabilidad. Final abierto.