13 de enero de 2025

Fabricante de mentiras

La insustancialidad paradójica del relato libertario amenaza con destronar de los primeros puestos a otras experiencias discursivas de la Democracia. Alfonsín exhibía una oratoria eficiente, con contenido socialdemócrata, imbatible. Menem renovó el mensaje doctrinario del peronismo y daba pelea parado en el centro del ring. Chacho Álvarez hegemonizó la monserga progresista hasta 2001. Los Kirchner atropellaron con el relato setentista remozado. Mientras que Mauricio Macri, ni chicha ni limonada. El turno de Alberto Fernández ha sido para el olvido. Milei, por su parte, amagó con una motosierra y prometía dolarizar. Asumió y tiró la motosierra por la ventana de la Casa Rosada. También escondió el bidón de nafta con el que prometía incendiar el Banco Central. Optó por un plan de shock expuesto en un DNU mamotreto y un proyecto de ley de 664 artículos. Dos regaderas. Inconstitucionales. Autoritarias. Oligárquicas. Entretanto, el león desmelenado apela a reescribir la historia. Quiere que la Argentina sea la primera potencia mundial de principios del siglo XX que nunca fue. Burradas libertarias que sus jóvenes colonizados repiten como loros barraqueros. Y le ponen épica a la profundización de la miseria. ¿Festejan el hambre de millones? Es la soberbia armada de mentiras. Se comen la curva.

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