Galtierización política
Ha trascendido que más de 40 senadores ya rechazan el DNU 70, nave insignia del ajuste brutal que llevó la pobreza al 60% y encamina a la República hacia un callejón sin salida. La vicepresidenta Victoria Villarruel está resignada y solo atina a conformar las comisiones que han quedado pendientes en la Cámara Alta. Por primera vez, en Democracia, voltearán un DNU. Milei pasa a la historia. Falta que la Cámara de Diputados consume la faena. Con la rebelión federal y el constante ataque a legisladores aliados y opositores, los números acompañarían la decisión del Senado. Realmente, el panorama que se avecina es de convulsión elevada. Nadie arriesga un desenlace concreto, pero los vaticinios son desalentadores para la gobernabilidad. Nicho o tierra. Los aumentos de prepagas, luz, colegios privados, gas, alquileres, taxis y empleadas domésticas recalentarán la inflación de marzo, que volverá a orillar el 20% (¿o más?). Por las dudas, el Presidente abrió el paraguas y adelantó que los próximos dos meses serán horribles. Mientras tanto, los gobernadores (menos el tucumano Jaldo) afilan las cimitarras. Falta que Milei les diga: “si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla”. Descolocado, Mauricio Macri archiva su Plan M (convergencia de PRO y La Libertad Avanza en el Congreso y ocupación de casilleros en el Gabinete). Parece mentira que aún no hayan transcurrido 90 días de gestión libertaria y el país se encuentre al borde del abismo. Incertidumbre. Hambre. Angustia. Tan poco tiempo y tanto daño.