Lobita
Daban tus ojos una luz hermosa,
cruel un verdugo arrancó tu vida.
Ya la tristeza dejará una rosa
en mi alma golpeada que no olvida
nuestros felices paseos cotidianos,
bajo el candor de la luna llena,
de un tiempo inolvidable y sano,
devenido de golpe en dura pena.
(Yo conozco de veras el profundo
dolor, en carne propia y a destajo,
son cosas de mi agitado mundo,
superado con Fe, lucha y trabajo).
Hoy, en silencio, se ha ido una angelita.
mi amiga fiel, mi corazón, Lobita.
Horacio Enrique Poggi