El otoño del patriarca
Las crisis terminales se devoran a sus padres. Como las revoluciones. Por algo ganó La Libertad Avanza. Quienes quieran oír que oigan. Prescindimos de la autoflagelación. Gente grande. El realismo mágico de García Márquez busca pista. Cien años de soledad. Falta que asole la peste del insomnio que elimina la memoria. El Gobierno Libertario continúa siendo implacable. La motosierra hace estragos en el Estado. Miles de empleados públicos pasaron a engrosar las filas del ejército de desocupados. El sindicalismo estatal apostó a la toma masiva de ministerios y la protesta se diluyó en un forcejeo entre policías porteños y manifestantes impotentes. La pérdida de poder adquisitivo flagela los bolsillos de la clase media. El tarifazo en los servicios de agua, gas y electricidad son golpes letales a la tolerancia social. Motivos más que suficientes para que la CGT vuelva a ganar la calle. Entretanto, los líderes opositores permanecen a la expectativa. ¿Por qué tanto silencio? ¿Estrategia o resignación? ¿Habrá renovación o simple especulación con el fracaso oficialista? Los idus de marzo quedaron sepultados en la vorágine del ajuste brutal. El dengue puso la nota de color. Y el debate se licuó con la importación de repelentes. Horizonte incierto y confuso. Patricia Bullrich es la Dama de Hierro de una administración recargada que se guarece en los Estados Unidos para flotar y llegar a la orilla antes de fin de año. Toda la confianza depositada en una reactivación económica impostergable, en forma de V. ¿Será posible? Indicios. La inflación, el riesgo país y el dólar paralelo siguen bajando. A costa de haber pulverizado la mesa de los argentinos. Recesión criminal. Hambre, inseguridad y lágrimas. El otoño pega en la línea de flotación del Pueblo. Resistir es combatir. La entrega. El sometimiento al imperialismo financiero. El atropello a derechos adquiridos. Se nos va la vida. Fábula con moraleja. Había una vez un Movimiento Nacional llamado Peronismo… ¿Continuará?
