18 de septiembre de 2024

El único Alberdi

Una de las operaciones ideológicas más brutales del Gobierno Libertario es la reivindicación sesgada de Juan Bautista Alberdi, con una clara intención de reescribir los fundamentos del pensamiento medular de los Padres de la Patria. Sin embargo, el desconocimiento y la falsificación de Alberdi no es obra exclusiva de libertarios oportunistas. También varios revisionistas han incurrido en la tergiversación, intentando aprovechar la disidencia del tucumano con Mitre y Sarmiento para instalar la idea delirante de un Alberdi antiliberal. Entre los más notorios, encontramos a Jorge Abelardo Ramos, Fermín Chávez y Arturo Jauretche, quienes cayeron en la jugada desleal de aprovechar la disidencia ocasional —fruto del rencor alberdiano— con sus compañeros de ruta en la lucha contra la dictadura de Rosas.

Es una verdad colosal que Alberdi es más citado que leído, y en este error incurren tanto admiradores como detractores del prócer. Por tanto, resulta complejo debatir con quienes se ciñen al reduccionismo doctrinario y desconocen la obra alberdiana, que no se reduce al tomo V de sus Escritos Póstumos, al que la mayoría se refiere con un título falso: Grandes y Pequeños Hombres del Plata, cuando en realidad se trata de Belgrano y sus historiadores – Facundo y su biógrafo. La ignorancia en torno a Alberdi es espeluznante. A esta altura, ya no se debería repetir que es el padre de la Constitución de 1853, cuando el verdadero mentor de la carta magna fue el santiagueño José Benjamín Gorostiaga. Tampoco habría que hablar del “otro Alberdi” cuando el ideario liberal del tucumano es indubitable y, más allá de las disidencias circunstanciales con las cumbreras liberales del momento, jamás sufrió modificaciones de fondo.

Esta maniobra intelectual es consecuencia de la ignorancia de unos y la mala fe de otros. Hubo un único Alberdi, que se defiende solo con sus obras. Lo único que hay que hacer es estudiarlo y abandonar la infamia de adjudicarle un proyecto de país por el que no bregó. Fue uno de los principales Padres de la Patria, liberal de la cuna hasta la tumba, denostador en público de Rosas y zalamero en privado de Don Juan Manuel, admirador de Inglaterra y de su sistema institucional, impulsor de la aclimatación de la civilización europea en Sudamérica y promotor de la inmigración británica (ese es el sentido correcto de su “gobernar es poblar”). Enemigo del totalitarismo comunista que asomaba en su época, Alberdi fue, en fin, un argentino que sigue haciendo aportes ideológicos aunque pretendan adulterarlo por izquierda y por derecha.

Dr. Horacio Enrique Poggi

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