La Argentina antiperonista de Milei
El show payasesco de Javier Milei en el Congreso de la Nación, el último domingo, revela un proyecto de país regresivo y excluyente, con escasas posibilidades de éxito.
Sus constantes ataques al Estado de Bienestar, que en Argentina y en el mundo ha mitigado los efectos nocivos del capitalismo, solo generan más división y confrontación.
Milei aspira a la Argentina antiperonista de 1942, un retroceso fenomenal. Negar la revolución social del Peronismo es negar la realidad y renunciar a la felicidad del Pueblo y a la grandeza de la Patria.
Con una visión retrógrada, critica a quienes hemos hecho de la justicia social un valor humanista y cristiano, permitiendo que cada familia, con su propio esfuerzo, viva con dignidad.
Es falso que la justicia social sea un robo. Por el contrario, la ausencia de justicia social es el verdadero robo, y los datos lo corroboran: hoy, sin justicia social, tenemos un 54% de pobreza.
Utilizar el Congreso para exponer consignas partidarias es una afrenta a la democracia.
Buscar el déficit cero con la consigna “achicar el Estado para engrandecer la sociedad” es una repetición de lo propuesto por la dictadura de Videla y Martínez de Hoz: “achicar el Estado para agrandar la Nación”. Todo está dicho.
El Presidente se jacta de ponerle un cepo al Estado, pero en realidad se lo pone a la mayoría del Pueblo, que ya está sumida en la pobreza y la desesperación.
Con este proyecto neocolonialista y empobrecedor, Milei está frenando el desarrollo sustentable de Argentina. Pruebas al canto: el PBI se desplomó 3,4% en los primeros seis meses de gestión libertaria.
Exigir un recorte adicional a las provincias de 60.000 millones de dólares prácticamente mos condena a la guerra civil.
La falsificación de la historia, la constante apelación a una Argentina mítica y la violencia verbal para fundamentar argumentos mal leídos son síntomas de la imposición de un relato mentiroso y artero que busca descalificar al oponente, calificándolo de “rata inmunda”, al peor estilo hitleriano.
Sin ningún tipo de dudas, el camino de confrontación permanente elegido por Milei no conduce a la República en paz y libertad que desea la mayoría del pueblo para construir un futuro mejor que nos incluya a todos.
NdelP
