Cloacas digitales impotentes ante el Menendazo
El Menendazo todavía levanta polvareda en los corrillos de la Gobernación y de la Legislatura bonaerense. Ayer, precisamente, un observador de la política provincial comentaba la nota de Clarín publicada el 16 de octubre con la firma de Mariano Roa, en la que se anunciaba un triunfo libertario en Merlo, con la ayuda de Raúl Othacehé. El veterano observador, sin salir del asombro, le mostraba, a su ocasional interlocutor, dos párrafos de dicho libelo, prolijamente resaltados. En el primero de los párrafos leemos:
“Lo que la candidata a gobernadora de Milei, Carolina Píparo, le saca a Cambiemos para regalarle la probable reelección a Axel Kicillof (´no por más de dos o tres puntos´, analizan los analistas), Othacehé le sacaría a Menéndez para beneficiar al candidato Libertario Eduardo Varela”.
Y en el segundo: “´Quién lo iba a decir, quizás en Merlo, municipio peroncho peroncho si lo hay, podríamos tener el primer intendente de Javier (por Milei) del Conurbano´, se entusiasma ante Clarín uno de los jefes del armado de LLA de Buenos Aires”.
Es innegable que el joven Roa compró el pescado podrido que le vendieron las cloacas digitales sostenidas por el Gran Derrotado, que sigue aferrándose al principio nazi: «Miente, miente, miente que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira más gente la creerá». Con pésimos resultados, por supuesto. Apenas ha podido mantener el cupo familiar de concejales.
La paliza electoral que recibió la oposición destructiva (Varela-Othacehé) fue categórica. Gustavo Menéndez le sacó 20 puntos de ventaja al ignoto candidato de La Libertad Retrocede. Y más de 33 puntos al exintendente de triste memoria. Sin embargo, el Menendazo pasó inadvertido para el inexperto escriba de Clarín. Solo se resignó a informar que Merlo había quedado en manos del Peronismo.
¿Será cierto que en las farmacias de avenida del Libertador fue inédita la demanda de pomada Manzan y en los alrededores, también?