Renovación urgente

En un ambiente que se distingue por la convivencia intergeneracional –nunca en la historia de la humanidad convivieron tantas generaciones simultáneamente-, ¿los peronistas a quiénes les hablan? ¿A las tumbas? Las nuevas generaciones aguardan una propuesta actualizada. Merecen vivir mejor que nosotros, sus padres. La sociedad del conocimiento sepultó a la sociedad industrial. La marcha universitaria del 23 de abril –transversal a todos los sectores y coloraturas partidarias- dejó en evidencia que asistimos a la gestación de un nuevo consenso educativo. Como ocurrió a fines del siglo 19 –sanción de la Ley 1420- y comienzos del 20. El sujeto transformador de ayer era el proletariado industrial, hoy es la juventud. La que votó a Milei y a Massa. La que ganó la calle en defensa de la universidad pública. Solo quedan cenizas de la lucha de clases y del Estado corporativo. La asignatura pendiente es elaborar un proyecto de nación. Ahora. Que tenga en cuenta –principalmente- al consenso educativo. Que sea eficiente en la distribución del conocimiento, fuente genuina de riqueza. Los peronistas tendrán que poner en acto los valores permanentes del Justicialismo fundado por Perón y desprenderse de taras ideológicas coloniales. Una salida inteligente sería integrar la institucionalidad -creada antes de la revolución tecnológica- al paradigma epocal. Nada por fuera de la democracia republicana. La voz de orden es renovación urgente. Garantía de gobernabilidad y alternativa real de poder. Otro Pacto Federal. Más diálogo político y oposición patriótica. Más Antonio Cafiero y actualización doctrinaria. Los pensadores nacionalistas durante la “década infame” planteaban: “hay que cambiarlo todo”. Es por ahí.